ALMACENAMIENTO Y PROTECCIÓN DE LUBRICANTES


Importante es elegir el lubricante o la grasa adecuada para nuestras maquinas o vehículos. Pero también lo es, y mucho, las condiciones en las que se almacenan y conservan. Un mal almacenamiento puede afectar negativamente en las propiedades y reducir el rendimiento de grasas y lubricantes.



Según expertos y fabricantes, el tiempo de almacenamiento máximo recomendado para los aceites es de diez años. Y para las grasas de dos años. Estos plazos no significan que si se exceden equivale a decir que no pueden ser utilizados. Pero entonces es mejor realizar alguna comprobación para saber si siguen cumpliendo sus requisitos y especificaciones.

Un buen almacenamiento es vital para mantener intactas las propiedades de los lubricantes y las grasas. Por eso os sugerimos una serie de medidas para facilitar una mejor conservación.

En líneas generales hay que tener en cuenta la temperatura. Los lubricantes no deben soportar temperaturas por debajo de los 0º ni por encima de los 45º. Con el exceso del calor puede aumentar la tasa de oxidación y el frío ayuda a la formación de ceras y sedimentos. Ambos casos pueden ser muy perjudiciales para los motores.

Otro aspecto importante es la humedad de las zonas de almacenaje. El contacto del agua con los aditivos de los lubricantes puede formar bloques, crecimiento de bacterias y sobre todo oxidación.

También hay que tener en cuenta es la luz. Un exceso de ella puede cambiar la apariencia y color de lubricantes y grasas. De la misma forma, hay que evitar almacenarlos en lugar en donde haya muchas partículas suspendidas en el aire, ya que éstas pueden dañar la grasa o el lubricante.

Si el almacenaje es a la intemperie, algo no recomendable, hay que asegurarse que los bidones estén herméticamente cerrados. Si es posible darles algún tipo de protección como falsos tejados, toldos o lonas de plástico. De esta forma se reduce en lo posible el contacto con el agua. Es recomendable en el exterior poner los bidones o contenedores en estanterías con soportes de madera. Y si es factible con las aberturas de rellenado y de purga inclinados unos 45 grados para facilitar el cierre y que las juntas no se resequen.

Es importante también proteger las etiquetas de los contenedores o bidones para que no se deterioren o “vuelen”. Con el paso del tiempo y pueda dar paso a confusiones posteriores sobre el contenido de cada recipiente.

En estos casos es prudente que a la hora de hacer trasvases, primero se limpie con un trapo limpio que no se deshilache. Así se evita que el agua o residuos entren en contacto con el lubricante o la grasa. También hay que tener siempre en buen estado todos los elementos que puedan estar en contacto con los lubricantes. Productos como embudos, recipientes, tapones, etc….

Si el almacenamiento se hace en interior, sólo hay que estar pendiente de que no sea una zona con bruscas fluctuaciones de temperatura, no excesivamente húmeda y alejado de contaminantes potenciales.

Una última recomendación es que a la hora de transvasar aceites, se utilicen recipientes o aceiteras para cada tipo de ellos (motor, hidráulico o transmisiones). Así se evitan mezclas y posibles infecciones de residuos o impurezas. Estos recipientes hay que identificarlos para que sea usado siempre con el mismo tipo de aceite.

Os recordamos que en ​Chavanel somos expertos en lubricación, contamos con un servicios de asesoramiento y estaremos encantados de ayudaros a sacarle el mayor rendimiento a vuestros lubricantes y grasas.



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